Story 1997 Donner, La Senda del Guerrero (spanish)
En el último seminario llevado a cabo en la Ciudad de México, el 13 y 14 de diciembre de 1997, que versó sobre los No-Haceres, surgió la idea entre algunos de los practicantes de hacerle unas preguntas por escrito a Florinda para incluir su contestación en el segundo número de La Senda del Guerrero. Realizamos la solicitud por medio de los integrantes de Verde Claro y habiendo obtenido una respuesta afirmativa, nos dimos a la tarea de hacer un acopio de las principales cuestiones entre los practicantes de la Tensegridad. A continuación transcribimos las preguntas y la contestación que nos brindó Florinda.
¿Cuáles son las diferencias entre espíritu e intento?
¿Es lo mismo la disposición al intento que la entrega a él?
¿Cuál es la diferencia entre el doble, el nagual y el cuerpo energético?
¿Existe alguna otra técnica para conservar la unidad de la conciencia después de la muerte que no sea la del fuego interno?
¿Que efectos energéticos tiene la práctica de lo Tensegridad sin la Recapitulación?
¿Es necesario recapitular las ideas, por ejemplo a Dios?
Algunas personas cercanas a algunos de nosotros, como por ejemplo esposas (os), hijos, etc., sienten que la Tensegridad desarrolla el sentimiento de superioridad, cornpetencia, egoísmo e intolerancia. ¿Puede ser cierto esto?
Cuando se busca la impecabilidad en el entorno familiar, pero lo que rige es precisamente lo opuesto junto con todo tipo de acuerdos sociales, ¿qué se puede hacer con dicha circunstancia?
¿Existe la Tensegridad del Acecho y si se llegará a impartir?
¿Nos podrías explicar la relación entre los No-Haceres y el Acecho, si es que existe?
Respuesta de las preguntas formuladas por los practicantes de la Tensegridad en México.
En primer lugar quisiera hacer una observación impersonal después de leer todas sus preguntas. Por el tenor de ellas veo que todos ustedes son tremendamente intelectuales, perdidos en la minucia del pensamiento banal.
¿Existe Dios? ¿Existe el espíritu?, ¿Es el alma imperecedera? ¿Qué me puedes decir del cielo y del infierno?
¿Cómo demonios puede un humilde practicante de los pases mágicos de los chamanes del México antiguo contestar tales preguntas?
Ustedes, damas y caballeros, lo que quieren es el evangelio: Un conjunto de aseveraciones hechas por egomaniáticos que conocen a Dios y tienen íntimas relaciones con el, por supuesto, según ellos mismos.
Estas preguntas que ustedes me formularon se las deben hacer a unos de esos gurús panzones que saben todo.
Aténganse, ilustres practicantes, a practicar y déjense de querellas intelectuales.
La práctica de la Tensegridad les dará la pauta y ustedes mismos se contestarán sus preguntas por medio de un proceso simplísimo que el Viejo Nagual nos explicó pero que nos ha tomado una vida entera en realizarlo: practicar los pases mágicos de los brujos del México antiguo, automáticamente hace descartar los masturbaciones del intelecto. Al final de una práctica asidua les importará un pepino todo lo que se ha dicho acerca de lo "inconcebible" lo "indecible".
¿Qué podemos nosotros, pinches seres humanos, poseedores de un cerebro que apenas funciona, un cerebro que se contenta con tele-novelas decir o especular acerca de lo desconocido?
Lo único que se me ocurre como respuesta porque sigo los pasos del Viejo Nagual sin desviarme del camino. es que la Recapitulación de nuestras vidas nos puede dar una respuesta verídica. Sin la recapitulación o la práctica de la Tensegridad no es posible realizar un cambio de conducta genuino.
La pregunta de valor que encuentro en este conjunto y que tiene que ver con lo que les estoy diciendo es la idea que tienen ustedes de que la práctica de la Tensegridad acreciente la importancia personal. El que crea en esto no es un practicante de la Tensegridad. Es ya de por sí un egomaniático incorregible en busca de nuevos modos de acrecentar su ego. Estos seres existen y no tienen remedio. Así que es inútil hablar de ellos o preocuparse de ellos. Ellos tienen un club universal y ahí se refugian a tomar sus copitas de importancia personal.
De ustedes, su humilde servidora
Florinda Donner Grau